Así como usted lo oye y al mejor estilo de Chespirito ya no sabemos en quien podemos sumar nuestras esperanzas para una Selección de Costa Rica que no da pie en bola.
Luego de una primera jornada eliminatoria para el olvido donde de seis puntos posibles solo se logran dos surge la interrogante cual es el camino a seguir.

Morir con Miguel Herrera o buscar algún Mesías que venga y cambie todo con una varita mágica. Es turbio y sombrío el destino de un equipo que su próximo compromiso será ante el máximo archirrival de la zona, Honduras no esta dispuesto a regalar nada en casa.
Parece que todo se desborona, que no hay interés de jugadores y directivos por hacer un alto y darlo todo en el verde. Lo cierto del caso es que situaciones extra cancha y lo visto en el terreno de juego son prácticamente aristas de un mismo objetivo.
En lo que parece al timón del barco todo hace indicar que Herrera morirá con las botas puestas a no ser que pase algo diferente antes.
«Es obvio que la afición no está contenta, porque no sacamos el resultado que queríamos y hay que seguir peleando. Sería lo más cobarde si doy un paso al costado, si la directiva toma una decisión, pero yo estoy trabajando, hay una idea y si no fuera así, no hubiéramos sido mejor en el primer tiempo», señaló Herrera.
Para el Piojo y compañía el futuro no es bonito o al menos no se presagian cambios radicales en un proceso que arrancó con Gustavo Alfaro que hoy sonríe desde Paraguay.
La Sele por malas decisiones de muchos años hoy está cosechando los fracasos de una mala planificación y de la gran orbita de corrupción que circunda en nuestro balompié.
Ya veremos si alguien logra cambiar el curso de un buque que jornada a jornada se hunde en las profundidades del fracaso y la derrota deportiva.

Fotos: Erick Garita RG Deportes