¿Una tiradera diplomática? Esa es la pregunta que hay respecto a la relación entre el TSE y Presidencia.
Con comentarios vehementes y un ambiente marcado por la expectativa, dieron inicio oficialmente las justas electorales en Costa Rica.
El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) anunció este miércoles el banderazo de salida para la campaña política de cara a las elecciones presidenciales del 2026.
Durante la actividad protocolaria, el Poder Ejecutivo cedió el mando de la Fuerza Pública y de la Policía de Tránsito al TSE, una medida tradicional que garantiza la neutralidad y la transparencia en el resguardo del proceso electoral.
Con este acto simbólico se marca la entrada en una nueva etapa, donde la política nacional pasará a ser el centro de la atención pública durante los próximos meses.
La presidenta del TSE, María Eugenia Zamora, no dejó pasar la oportunidad para lanzar críticas directas al clima político que se ha vivido recientemente. Habló de “berrinches” y actitudes que atentan contra el respeto institucional, lo que despertó la interrogante de si sus palabras iban dirigidas al presidente Rodrigo Chaves o a otros actores de la contienda.
La magistrada evitó precisar nombres, pero dejó clara su posición sobre la necesidad de altura y responsabilidad en el debate público.
Varios candidatos aprovecharon la actividad para hacerse presentes y proyectar sus mensajes iniciales de campaña. Entre ellos destacó Laura Fernández, quien fue consultada sobre las declaraciones de Zamora y aseguró que cada aspirante debía asumir el proceso con seriedad y compromiso con la democracia costarricense.
El panorama electoral se muestra más cargado que en ocasiones anteriores. Para dimensionar la magnitud del reto, basta con recordar que en las elecciones donde resultó electo Luis Guillermo Solís, la contienda se disputó entre 13 candidatos.
Hoy, el número asciende a 20 aspirantes presidenciales, lo que refleja la fragmentación del escenario político y la diversidad de opciones en competencia.
El proceso apenas comienza y, en los próximos días, se irá definiendo el tono de las campañas. La gran pregunta es si prevalecerá la confrontación o si los debates se desarrollarán con propuestas de fondo y respeto institucional.
Costa Rica inicia así un nuevo capítulo electoral que pondrá a prueba no solo a los candidatos, sino también a la ciudadanía y a las instituciones democráticas.


