Jue. Nov 20th, 2025

En abril de 2025, Estados Unidos impuso un arancel adicional del 10 % a múltiples importaciones. Posteriormente, el 31 de julio, esa tasa se elevó al 15 %, colocando a Costa Rica entre los países de Centroamérica más golpeados por esta política comercial.

De acuerdo con un análisis de Deloitte, bajo el escenario del 15 % el crecimiento económico estimado para 2025 baja a 3,56 %, ligeramente inferior al proyectado con el arancel base del 10 % (3,60 %). Aunque la diferencia parezca pequeña, refleja un deterioro que podría profundizarse si los aranceles se mantienen en el tiempo.

El impacto se siente con mayor fuerza en el sector agrícola, especialmente en productos como la piña, el banano y el café, pilares de las exportaciones costarricenses. Estos rubros experimentan una reducción significativa en competitividad y márgenes de ganancia. En el mediano plazo, también se prevé que sectores estratégicos como los dispositivos médicos y los circuitos electrónicos sufran una caída en ventas internacionales.

El informe señala que, si se lograra reducir la tarifa nuevamente al 10 %, Costa Rica podría recuperar parte de su competitividad, mejorar la atracción de inversiones y favorecer la integración en cadenas regionales de valor. Esto permitiría suavizar la pérdida de dinamismo económico y reactivar la confianza en el mercado local.

La advertencia no es solo para Costa Rica: el estudio indica que los Estados Unidos también podrían ver afectado su PIB acumulado hacia 2029, con una caída cercana a 1,3 puntos porcentuales en comparación con un escenario sin estas tarifas.

En conclusión, los aranceles del 15 % no solo representan un desafío para las exportaciones costarricenses y su crecimiento económico inmediato, sino que también configuran un panorama incierto para toda la región, que depende en gran medida del comercio con el mercado estadounidense.