Un nuevo análisis de la Universidad de Costa Rica (UCR) revela un panorama preocupante: más del 55% de los hogares en el país enfrentan inseguridad alimentaria, lo que significa que tienen dificultades para acceder a una alimentación saludable, diversa y sostenible.
Las regiones más golpeadas son el Pacífico Central, la Huetar Norte y la Chorotega, donde las familias deben optar por alimentos más baratos y menos nutritivos debido a la falta de ingresos y al alto costo de la canasta básica.
Especialistas advierten que esta situación no solo impacta la nutrición de las personas, sino que también afecta la salud, el rendimiento académico y laboral, y aumenta la vulnerabilidad de los hogares más pobres.
La UCR enfatiza que el problema no se limita únicamente al acceso económico: también influyen factores como la disponibilidad de productos locales, los efectos del cambio climático en la agricultura, y la falta de políticas públicas que garanticen un acceso equitativo a alimentos de calidad.
El estudio plantea la necesidad de acciones urgentes, entre ellas:
- Fortalecer la producción nacional sostenible.
- Mejorar los programas de apoyo a familias vulnerables.
- Impulsar campañas de educación alimentaria.
La inseguridad alimentaria, concluyen los expertos, debe ser atendida como un tema prioritario de país, pues compromete la salud y el futuro de toda una generación.


