Una comisión independiente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) concluyó que Israel está cometiendo actos de genocidio contra la población palestina en la Franja de Gaza. El informe, presentado esta semana en Ginebra y encabezado por la expresidenta de la Comisión de Derechos Humanos, Navi Pillay, sostiene que existen pruebas sólidas de intención genocida en las acciones militares y en las declaraciones de altos funcionarios israelíes.
El documento denuncia que las operaciones de Israel han destruido infraestructura vital, obstaculizado la ayuda humanitaria y provocado un desplazamiento masivo de la población civil, acciones que, en conjunto, configuran un patrón sistemático de exterminio.
Diversas organizaciones internacionales, entre ellas Amnistía Internacional, respaldaron las conclusiones del informe, señalando que no hay forma razonable de negar la magnitud de los crímenes cometidos en Gaza. La ONG instó a la comunidad internacional a actuar de inmediato para detener la violencia y garantizar que los responsables enfrenten a la justicia.
Sin embargo, Estados Unidos rechazó categóricamente el reporte, calificándolo como “difamatorio” y acusando a la comisión de carecer de imparcialidad. La reacción de Washington ha intensificado las tensiones diplomáticas en torno al conflicto, mientras que los llamados a un alto al fuego inmediato siguen siendo bloqueados en el Consejo de Seguridad por el veto estadounidense.
Con esta declaración, la ONU coloca en el centro del debate internacional la obligación de los Estados de prevenir y sancionar el genocidio, conforme al derecho internacional. La presión sobre Israel crece, al tiempo que la población gazatí enfrenta una de las crisis humanitarias más graves de las últimas décadas.