Nuevas negociaciones internacionales avanzan con el objetivo de mantener vigente el tratado nuclear que expira en febrero del próximo año. El acuerdo, considerado uno de los pilares para limitar la proliferación de armas estratégicas, se encuentra en un punto crítico ante el incremento de tensiones globales.
Según medios internacionales, Rusia ha manifestado su disposición a extender el tratado, lo que representa una señal relevante en medio de un escenario marcado por conflictos y desconfianza entre potencias. El Kremlin afirmó que está abierto a prolongar el pacto siempre y cuando existan garantías de cumplimiento recíproco.
En paralelo, Estados Unidos y sus aliados en la OTAN insisten en la importancia de mantener el marco de control nuclear como un mecanismo para reducir riesgos y evitar una nueva carrera armamentista. Diplomáticos de ambos lados han reconocido que, sin este tratado, se perdería uno de los últimos mecanismos de supervisión mutua sobre el arsenal estratégico de las dos potencias nucleares más grandes del mundo.
Analistas advierten que las conversaciones no serán fáciles, ya que además de los compromisos técnicos sobre límites de ojivas y sistemas de lanzamiento, pesan las tensiones actuales en escenarios como Ucrania y Medio Oriente. Sin embargo, el gesto de apertura por parte de Rusia podría allanar el camino hacia un acuerdo provisional que evite un vacío legal y diplomático en materia nuclear.
El desenlace de estas negociaciones será determinante para la estabilidad internacional en los próximos años y enviará un mensaje claro sobre la voluntad —o la falta de ella— de las potencias para mantener vigente el control de armas en tiempos de creciente incertidumbre geopolítica.