Trece países de América Latina asumieron un compromiso conjunto para reforzar la gestión de residuos médicos y biológicos, con el acompañamiento técnico de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). El objetivo es enfrentar un problema que afecta directamente la salud pública y el medio ambiente, especialmente en comunidades cercanas a hospitales y centros asistenciales.
La iniciativa busca modernizar sistemas de recolección y tratamiento, garantizar mayor control sobre materiales contaminados y prevenir riesgos sanitarios como infecciones, contaminación del agua y exposición a sustancias peligrosas. Actualmente, gran parte de los residuos hospitalarios de la región no recibe un manejo adecuado, lo que aumenta la probabilidad de propagación de enfermedades y daños ambientales.
El acuerdo plantea mejorar el marco legal, capacitar al personal de salud, invertir en tecnología segura para la eliminación de desechos y promover la transparencia en los procesos. Se trata de una acción clave para reducir la presión sobre los ecosistemas, evitar prácticas como la quema al aire libre o el vertido en sitios sin control, y proteger a trabajadores de salud, pacientes y comunidades.
Para las nuevas generaciones, este paso representa también una oportunidad para impulsar cambios desde la conciencia ambiental y exigir sistemas de salud más seguros y sostenibles. El reto ahora estará en cumplir los plazos, destinar financiamiento adecuado y monitorear los resultados para que el compromiso se convierta en mejoras reales.
