Las autoridades del Hospital San Juan de Dios han encendido las alarmas ante un preocupante incremento en la cantidad de personas adultas mayores que permanecen en sus instalaciones en condición de abandono, aun después de haber recibido atención médica y multidisciplinaria. De acuerdo con la MSc. Gina Coto Villegas, jefa del Servicio de Trabajo Social, solo en los primeros cuatro meses del año 2025 ya se contabilizan 40 casos, lo que representa un aumento de más del 50 % respecto a los registros anuales anteriores, que oscilaban entre 36 y 50 casos.
Este fenómeno responde a múltiples factores sociales que han debilitado significativamente las redes de apoyo. Entre ellos destacan antecedentes de violencia, desvinculación familiar, exclusión social, pobreza extrema, discapacidad severa, envejecimiento de los cuidadores y el aumento de personas extranjeras sin vínculos en el país. Según Coto, “en lo que va del 2025, ya tenemos cuarenta personas. Durante 2024 atendimos cincuenta. Si comparamos, podríamos decir que se va a duplicar o triplicar el número de personas en condición de abandono”.

El hospital ha debido reforzar la aplicación de su protocolo institucional para estos casos. Este contempla una valoración integral del entorno social del paciente, denuncia al Ministerio Público por sospecha de abandono de incapaz, remisión del caso al Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor (CONAPAM) y, en caso de demoras, la presentación de recursos de amparo ante la Sala Constitucional. Solo tras una resolución favorable se coordina la reubicación en centros de protección.
La mayoría de estas personas proviene del área metropolitana, principalmente de cantones como San José, Desamparados, Alajuelita, Puriscal y Mora, y sus edades van de los 19 a los 93 años. Las condiciones de salud más comunes incluyen fracturas, deterioro cognitivo, enfermedades crónicas como diabetes, EPOC, eventos cerebrovasculares y, en varios casos, infecciones intrahospitalarias.
Este fenómeno revela una grave crisis social que trasciende el ámbito hospitalario, y que requiere respuestas integrales, coordinadas y urgentes desde todos los sectores involucrados en la atención y protección de las personas adultas mayores.