El epicentro en Noto, Ishikawa, de un terremoto de magnitud 7,5 generó una serie de consecuencias devastadoras, desde incendios hasta derrumbes, dejando atrapadas al menos a seis personas. El evento sacudió la región con intensos sismos, cortes masivos de energía y daños estructurales, incluyendo la interrupción de servicios de trenes.
Las olas de tsunami, con más de un metro de altura, azotaron la región central de Japón, afectando viviendas, carreteras y llevando a la población a buscar refugio en zonas elevadas.
Se teme la pérdida de vidas tras el sismo de magnitud 7,5 en la región de Noto, Ishikawa, que formó parte de una secuencia de más de 50 sismos de magnitud 3,2 o superior. El primer ministro, Fumio Kishida, instó a la evacuación inmediata de áreas en peligro.
Las autoridades emitieron una alerta de tsunami, indicando olas de hasta cinco metros, mientras 35 mil hogares quedaron sin electricidad y se reportaron numerosos derrumbes en ciudades como Wajima, Suzu, Anamizu y Noto. La policía investiga informes de posibles víctimas atrapadas bajo edificaciones colapsadas.