No fue un torbellino, no fue un tornado, tampoco un huracán. ¿Qué exactamente fue lo que afectó la tarde de ayer a la ciudad de Cartago?
Ha sido un fenómeno que se ha vuelto frecuente en el Valle Central durante las temporadas lluviosas. En lenguaje técnico es una «microrráfaga descendente» que se desparrama radialmente y con fuerza en todas direcciones.
En lenguaje claro o popular se trata de una bomba de lluvias y vientos, desencadenada por la madre de todas las nubes: el cumulonimbos. Es como dejar caer desde el cielo un gran balde de agua (del orden de los 5 km de radio).
El impulso de la bomba y el viento que llega al suelo no tiene adónde ir sino hacia afuera (horizontalmente). Al impactar contra el suelo puede llegar a provocar ráfagas horizontales que llegan a superar los 85 km/h, y hay registros de hasta 130 km/h. Duran entre 5 y 30 minutos y pueden afectar a un radio de 5 a 10 km.
Según los datos de estaciones meteorológicas en la ciudad de Cartago, la tormenta empezó como a la 1 pm y se extendió hasta las 2:30 pm. Los vientos más fuertes y la parte más intensa del aguacero se registraron cerca de la 1:15 pm.
La estación meteorológica del Instituto Tecnológico de Costa Rica reportó una ráfaga máxima de 63 km/h y un total de lluvia de 49 mm. La estación de Barrancas (El Guarco) registró un total de 70 mm. Registros no oficiales indican montos de hasta 95 mm en el centro de Cartago.
La bomba y corriente descendente son causadas por el enfriamiento del aire debido a la evaporación del agua o la sublimación del hielo contenido en él, o bien por el propio peso del agua o el granizo en el interior de la nube.
La Cruz Roja reportó más de 100 incidentes por lluvias ayer en Cartago.