Hoy conmemoramos el Día de los Inocentes, un relato del cristianismo sobre la ejecución de todos los niños menores de dos años nacidos en Belén, ordenada por el rey Herodes I el Grande para eliminar al recién nacido Jesús de Nazaret.
Los cristianos honran a estos Santos Inocentes como los primeros mártires de la fe cristiana. En la liturgia romana de la Iglesia católica, esta celebración es considerada una fiesta y está incluida en el calendario general romano.
¿Por qué se celebra con bromas?
La historia del Día de los Inocentes se enriquece con la tradición de la «fiesta de los locos», que se celebraba en la Europa Medieval, una festividad que surgió durante el invierno boreal, entre el final de un año y el comienzo del siguiente, cuando las labores agrícolas se interrumpían y muchas personas disfrutaban de tiempo libre.
En este contexto, la «fiesta de los locos» permitía a la gente liberarse de las normas y burlarse de las convenciones sociales. Esta celebración sentó las bases para que el Día de los Inocentes se llenara de bromas y humor, convirtiéndose en una ocasión festiva.