Son las 8:30 p.m. en Costa Rica de un 29 de marzo, Viernes Santo; los/as amantes al deporte y, principalmente, al boxeo, se preparan para vivir una noche que pintaba ser especial para todos y más para Yokasta Valle, el día en el que se podía consagrar como campeona indiscutible de cuatro campeonatos mundiales frente a Seniesa Estrada.
Mientras el ambiente en nuestro país era de pura ansiedad y pidiéndole de rodillas hasta el último ángel en el cielo, en el Desert Diamond Arena de Glendale, Arizona, se vivía una vibra de querer ver a dos atletas profesionales de esta rama deportiva darlo todo por esas preseas doradas. Lo que nadie sabía es que los fantasmas de la polémica aparecerían al final de la noche.
Ya de plano empezó algo preocupante para nuestra «Yoka», la cual recibió un cabezazo por parte de la estadounidense-mexicana, parecía un accidente y sin nada de importancia, pero: «Estoy convencida de que fue un cabezazo a propósito. Lo creo así», diría Valle después. Ah, y sí, a todos nos dolió ver esa herida más la sangre brotando en su cara; así terminó la pelea con todo y corte.
Los 10 rounds del combate fueron intensos y se vivieron como una final -era una-, le llovían golpes a Estrada que solo podía alejarse unos cuantos centímetros de la costarricense que tenía hambre de victoria, el territorio nacional -y centroamericano en general- sabían quién estaba triunfando en el cuadrilátero, gritos a la pantalla iban y venían en cada una de las casas ticas.
El momento decisivo llegaría, todos esperaban escuchar el nombre de Yokasta Valle y verla alzando esos títulos en todo lo alto y ponerlo en sus hombros y alrededor de su cintura, pero… «¡AND THE UNDISPUTED MINIMUM WEIGHT CHAMPION OF THE WOOORLD… FROM LOS ÁNGELES, CALIFORNIA: SENIESA ESTRADA!» Vaya que sí dio coraje y una decepción enorme el saber eso y más viendo a la contrincante llorar de felicidad -y alivio- al saber que ganó.
«Es mucho trabajo. Y se lo dije al árbitro, hemos trabajado mucho para llegar aquí, para que él no hiciera su trabajo». «Peleó con solo un ojo». «La gente es la que decide». Comentarios como estos no solo salieron de la boca de Yokasta Valle, junto con Mario Vega y Gloria Alvarado, promotor y entrenadora de la boxeadora costarricense.
Entre impotencia, enojo y sin cruzarse de brazos, la atleta y sus representantes tenían en claro lo que ellos querían, no un acto de cobardía de que les devolvieran los títulos, como si eso cambiara algo, ellos querían la revancha. Eso sí, no en cualquier otro país que no fuera Costa Rica y no cualquier escenario que no fuera la Joya de La Sabana, el Estadio Nacional.
Aun con todo y eso, la Campeona, no del pueblo, sino del Mundo, se acordó de los que compartieron su rabia por medio de las diferentes redes sociales y medios de comunicación.
La historia no terminará aquí. Más de cinco millones de personas esperan con ansias el recibir a una estadounidense-mexicana que celebra su «victoria» a lo grande, pero que recibió el odio de toda una nación y algunos países más, esto será un día que nunca olvidar para el deporte costarricense y del cual, se esperará recibir noticias muy pronto y que sean muy positivas para nuestra «Yoka».