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El amanecer del 12 de julio de 2005 marcó una tragedia en la historia de Costa Rica. En la madrugada, un incendio devastador en el ala norte del Hospital Calderón Guardia en San José cambió la vida de muchos para siempre, con un saldo final de 19 muertos.

Un Incendio Mortal

El fuego comenzó a las 2:23 a.m., según comentan algunos supervivientes. Las llamas se originaron en la bodega de sueros del tercer piso y se propagaron rápidamente a través del techo y las paredes de madera. A excepción de la enfermera Patricia Fallas, todas las víctimas murieron atrapadas en sus camas. Patricia, quien murió asfixiada mientras ayudaba a los pacientes, fue encontrada con un foco aún encendido en sus manos. Su valentía quedó plasmada en las palabras del periodista Otto Vargas, quien narró cómo Patricia, de 42 años, fue vista por última vez arrastrándose por los pasillos del cuarto piso, guiando a grupos de pacientes y personal médico hacia las escaleras.

Sin Preparación para la Catástrofe

El ala afectada del hospital, construida en 1943, no estaba preparada para enfrentar un desastre de tal magnitud. Los bomberos se encontraron con un edificio sin luces ni escaleras de emergencia, ya que la electricidad se cortó al inicio del incendio. Además, las alarmas de incendio y las mangueras no funcionaron, y el agua no llegó al quinto piso a pesar de que el sistema de bombeo estaba operativo.

Los problemas de seguridad del hospital ya habían sido advertidos en cuatro informes durante la década previa, preparados por el Cuerpo de Bomberos, que alertaban sobre el riesgo de un incendio grave.

La Búsqueda de Justicia

Inicialmente, se pensó que el incendio fue un accidente. Sin embargo, el 13 de julio de 2006, un año y un día después de la tragedia, la Fiscalía de Delitos contra la Vida acusó a Juan Carlos Ledezma, un falso enfermero, como el presunto responsable. Ledezma, quien había recibido un reconocimiento por apagar un principio de incendio en la biblioteca del hospital en enero de 2005, fue condenado en 2007 a 50 años de prisión, pena que aún cumple.

Un Homenaje a la Valentía

La tragedia en el Hospital Calderón Guardia dejó una profunda herida en Costa Rica. Las vigilias, noticias, historias y homenajes se multiplicaron en los días siguientes, mientras las familias y amigos de las víctimas intentaban procesar su dolor. Un país unido en el duelo prometió trabajar para evitar que una tragedia similar volviera a ocurrir, subrayando la importancia de la seguridad y la modernización de las instalaciones públicas.

En memoria de quienes perecieron y como tributo a la valentía de quienes lucharon por salvar vidas, escribo estas letras. Lo viví en carne propia, sufrí cada segundo, y puedo decir que estuve cerca de la muerte en una de las noches más tristes de mi vida. A quienes estuvieron ahí, gracias por ser héroes de una noche, sin quererlo ni conocerlo. Hoy, 12 de julio, debería ser un homenaje póstumo a nuestros compañeros fallecidos, nuestros pacientes y, sobre todo, a nuestra casa, nuestro hospital.