Treinta y siete personas conforman el equipo del Servicio de Ropería del Hospital Rafael Ángel Calderón Guardia, incluyendo personal de producción, supervisores de lavandería y personal administrativo. Su labor, aunque muchas veces poco visible, es esencial para el funcionamiento diario del hospital, ya que se encargan del procesamiento de aproximadamente 14 000 kilos de ropa hospitalaria cada día.
Según el licenciado Andrés González Calderón, jefe del servicio, diariamente se reciben y procesan 6 500 kilos de ropa sucia y 7 500 kilos de ropa limpia. Este trabajo es clave para garantizar una atención continua y segura a los pacientes, tanto en condiciones normales como en situaciones de emergencia. Solo para procedimientos quirúrgicos, se distribuyen en el hospital y el Centro Nacional del Dolor cerca de 3 850 kilos de ropa especializada, tratada bajo estrictas normas de higienización.

La ropa hospitalaria da soporte a 41 especialidades médicas y a 526 camas en áreas como Cirugía, Medicina, Neonatología, Emergencias y Sala de Operaciones. El proceso logístico incluye la recepción diaria de camiones con ropa limpia, su clasificación, y la distribución organizada en los distintos servicios. Posteriormente, la ropa usada es recolectada, clasificada, pesada y enviada para su lavado, siguiendo protocolos establecidos por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
El licenciado Josué Cerdas Castillo, director administrativo financiero, destacó que servicios como el de ropería son fundamentales para asegurar la continuidad de la atención médica. Por su parte, la doctora Tania Jiménez Umaña, directora general del hospital, subrayó el compromiso del personal: “Esta es una labor muy necesaria. El trabajo de los treinta y siete funcionarios ha sido vital y, con el tiempo, sus procesos han mejorado en beneficio de nuestros asegurados”.

Ante eventuales emergencias, el servicio cuenta con una estrategia robusta que incluye una reserva de 30 000 prendas, suficientes para garantizar la operación del hospital durante al menos tres días. Esta medida ha sido vital en eventos recientes, como las inundaciones del año pasado, cuando se apoyó al Centro de Atención de Emergencias y Desastres (CAED) con 3 500 prendas.